martes, 19 de mayo de 2009

La queja y la crítica

Según la real academia:
Queja: Expresión de dolor, pena o sentimiento. Resentimiento, desazón.. Acción de quejarse, reclamo legal.
loc. verb. Tomar ocasión de quejarse sin motivo para ello.
Criticar. (De crítica) Juzgar de las cosas, fundándose en los principios de la ciencia o en las reglas del arte.
Censurar, notar, vituperar las acciones o conducta de alguien.

Consideremos a la queja y la critica, desde un lugar constructivo, la primera como medio de aviso que algo real nos pasa, la otra como un aporte al crecimiento, desarrollo y evolución.

El problema es cuando solo nos conectamos a situaciones de vida negativas que estancan y algunas veces causan daño, o simplemente a pensamientos negativos que de mantenerse en la mente con voluntad logran materializarse.

Desde el abordaje floral encontramos muchas esencias florales que despiertan a nuestro creativo y no requerimos del uso de la queja, porque nos conecta con la certidumbre de sentirnos plenos, ni de la crítica porque sentimos que en realidad somos nosotros mismos los artífices de nuestro futuro, y de lo que vivimos hoy producto de nuestra decisiones y pensamientos pasados.

Estamos en este plano un instante, y ese instante es de plena cocreación, el tiempo es valioso para que podamos aprender de él, de las experiencias que vivimos y gestamos, así con pensamientos mas calmos podemos crear mejor nuestra realidad, sin necesidad de emplear negativamente la queja y la crítica.

Revisar nuestro sistema de creencias es un dato muy útil, esto es como nos enseñaron a pensar, que nos decían, ¿somos realmente dueños de la elección de los pensamientos que creemos tan nuestros?

Muchas creencias se han mantenido de una generación en otra, ¿son del todo ciertas?
Con calma podemos hacer una revisión de nuestras creencias, en ellas radican muchas que nos llevan a la queja y la crítica.
Cuando echamos luz de verdad sobre nuestras creencias negativas estas se desvanecen, no es necesario luchar con la mente, solo nos agotaríamos, hablo solo de observarnos.
Los Lamas tibetanos nos enseñan que al comenzar a meditar, lo primero que nos damos cuenta es la cantidad enorme de pensamientos que pasan por nuestra mente, esto es solo el principio, antes de la quietud está toda la actividad mental que se logra trascender por medio de la practica diaria.

Otros son el desconocimiento y la desinformación con las que estemos mentalmente evaluando, que nos dejan ante la crítica y la queja que son hermanas del prejuicio, todas ellas hermanadas por el miedo. Pero esto es para otro momento poder ampliarlo.
Para todo ello hay el valor inmenso en las esencias florales, podemos ser bellos faros de luz, en lugar de estar entumecidos por la niebla del desconcierto.

Eduardo Juan Breitenberger
CFt Ago 2008

No hay comentarios:

Publicar un comentario